“En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su tierra” (Lc 4, 24)
Temprano tuvimos la Eucaristía animada por la comisión de misión y celebrada por Fray Christian Huatay, quien nos invitaba a darnos cuenta que cuánto nos cuesta valorar al prójimo… Y más si es muy cercano a nosotras. El Señor nos pide un ejercicio de humildad…

El XXVI Capítulo General dentro de sus actividades de trabajo, se da sus espacios para descansar, dar un breve paseo y compartir. Hoy 22 de marzo visitamos por la mañana los lugares más importantes de Ávila. Cómo no darnos un tiempo aunque con un poco de lluvia, para recorrer las calles de Ávila y recordar en sus rincones, en sus arquitecturas, la vida e inquietudes de esta mujer que revolucionó la sociedad de su tiempo con su actitud y con la reforma del Carmelo.
En la tarde a una hora de Ávila fuimos a Salamanca. Nuestro interés especialmente era visitar el convento de los dominicos de Salamanca, uno de los lugares más emblemáticos del arte cristiano y de la vida intelectual y evangelizadora de la Orden de Predicadores.
Entre otros grandes dominicios pudimos recrearnos en la pintura de Franciso de Vitoria, pues la obra teológica y jurídica de este gran dominico del siglo XVI han marcado la historia y el prestigio de San Esteban y de la Universidad de Salamanca. Su reflexión en torno al «derecho de gentes», los limites del poder y la dignidad humana son los aportes permanentes de la reflexión teológica moral a la hora de construir una civilización más justa y humana» y estando viviendo este Capítulo, ante los desafíos del mundo de hoy, es tan acutual el mensaje de estos santos dominicos para cada una de nosotras.
Bendito sea el Señor por estas oportunidades y por los espacios que nos brinda para vivir la fraternidad y la unidad.