Ponencia: Fray Orlando

"Para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en mí y yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste" Jn.17,21

Ver la realidad: Sueños de nuestras hermanas

El liderazgo en todo proceso de renovación debe ser un impulso para incrementar la vida y ser portador de luz así como lo hizo Hedwige al impulsar a sus comunidades al inicio de la Congregación y hoy especialmente urge este tipo de liderazgo evangélico para responder con más audacia y fidelidad ante las consecuencias de esta pandemia que se vive en toda la humanidad y está afectando especialemente a los más necesitados. Por eso, el primer tema que se plantea en el Documento Pre Capitular que venimos enriqueciendo para el Capítulo General de la Congregación es lo relacionado a la Autoridad y al Gobierno y a la primera tarea que según las Constituciones tiene todo liderazgo: “La autoridad ha de ser para nosotros signo de unidad, de paz, de cooperación y de servicio en la misión evangelizadora y suscitar una obediencia activa y gozosa”. (Const. 253. &II)

Convencernos que la misma realidad Congregacional y lo que sucede en nuestro mundo que vivimos exige de nosotras generar mayores espacios de sinergia, de participación, de comunión, en torno al Señor que convoca.

Lo que hemos reflexionado nos suscita el desafío de caminar juntos, no hay lugar en este momento para protagonismos aislados, no hay lugar para quedarnos en el nicho de nuestras propias comunidades e inclusive de nuestra propia congregación. Este es el momento de la andadura en común.