Laudes y Eucaristía, momentos de oración personal y la oración al final del día marcan nuestros días.
Desde el 13 de marzo las celebraciones de oración y contemplación marcan cada una de nuestras actividades capitulares.
Las comisiones preparan con esmero la liturgia de cada día para que éstas fomenten en el corazón de cada capitular el deseo de abrir el corazón a Dios, a la voz de su pueblo y especialmente al clamor de los pobres de nuestro tiempo.