Capítulo General Ampliado. 08 de febrero de 2020


De vez en cuando, dar un paso atrás nos ayuda a tomar una perspectiva mejor. Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte de esa magnífica empresa que es la obra de Dios.
S.E. Mons. Óscar Romero
Se dio inicio al octavo día de trabajo en el Consejo Ampliado. Por la mañana, la hermana Carmen Toledano, compartio con la asamblea dos temas iluminadores, el primero “Misión y vida comunitaria y ¿Qué tengo que hacer para que mi vida tenga Vida?” La fraternidad como iluminación para la misión y la vida comunitaria, sólo si dejamos que Jesús entre en nuestras vidas, es como esta vida nacerá. Cotidianamente se colocan las cosas de Dios antes que a Dios mismo.
Dejen que les cuente un cuento, que puede ser realidad, comentó la hermana… una comunidad, se encontraba pasando por una fuerte crisis, el prior decidió ir, junto con otro hermano, a visitar y solicitar consejo de un eremita que gozaba de gran aceptación y respeto por su sabiduría en el lugar. Hermano, le dijeron, ayúdanos por favor a resolver el conflicto que tenemos en comunidad, no podemos entendernos, hay frailes que ya no se dirigen la palabra unos con otros. El eremita, sólo les dio un consejo: en uno de ustedes está Jesús. Ellos regresaron al convento y comunicaron a los demás frailes lo que el eremita les había dicho, todos comenzaron a preguntarse quién sería. Desde ese momento notaban sus errores, sin embargo, saltaba la interrogante, ¿Y si en él está Jesús?… sus relaciones fueron mejorando hasta el punto de que su vida comunitaria fue ejemplar, en cada uno veían que Jesús estaba en Él.
Preguntas a reflexionar: ¿Yo reconozco a Jesús en mi hermana? ¿Qué clase de vida debo llevar para que Jesús pueda habitar en mi comunidad? La clave está en la comunión.
La murmuración es la polilla de la vida consagrada, es amargura, la decepción es lo contrario a la compasión y está minando la vida religiosa.
Debemos caminar juntas, vivir la unidad en la diversidad. El otro, el diverso es el que me hiere, pero también el que me bendice; el que me quiebra, pero el que me hace vencer. Es abrazar la diferencia. Dialogar, escuchar a todas las hermanas. Dejar que hable él.
Por la tarde la hermana Rosita Zúñiga dio inicio con el tema de Carisma. “Predicar la Verdad y portar la Luz de Cristo”. En qué consiste el carisma y cuál es su fundamento. De una forma creativa nos fue encaminando a dar esta respuesta, fue un momento de honrar a hermanas que desde el cielo nos acompañan y hermanas que están con nosotras en la misión y que desde su vida sencilla y en una donación continua nos enseñaron a reconocer, vivir y amar el carisma como Dominica de la Inmaculada Concepción.
El carisma no es una formulación, es ante todo y primero, vida, historia. Es árbol con diversas ramas. Es TIERRA SAGRADA en la que hay que entrar quitándose las sandalias, pies desnudos; los ojos, los oídos, el corazón abiertos.
La vida dominicana es la misma historia de Jesús de Nazaret con nueva melodía.
El compartir el evangelio, la historia, la vida; es hablar de nuestro Carisma
Cronista: Guadalupe García